El dragón emperador proviene del este, de donde nace la luz y donde aprendió a emplear energía radiante para causar daño. Su poder se renueva con el ciclo de la luz en el centro de la Arena; sus rivales, expuestos a esta intensidad, se desvanecen.

El dragón Rey Ragnar dessciende de una estirpe de temidos conquistadores especializados en asaltos nocturnos y redadas en los reinos cercanos. Para mantenerse en forma, necesita batirse en duelo contra adversarios que estén a su altura. Para ello, el mejor lugar es la Arena de tinieblas.

El dragón escamas de hierro era tan feo que la gente solía molestarlo hasta que un herrero, sintiendo compasión por él, le entregó una armadura de hierro para ocultar su aspecto y protegerlo de los agravios. En la Arena de metal sus adversarios pueden hacerse una idea del caracter tan agrio que tiene.